Bajo la luz tenue...
Bajo la luz
tenue del gélido invierno
cuando las
formas parecen dormidas, lejanas,
como alado
jirón de nube deshilvanado,
el escriba del
alma me trae tu recuerdo:
tu boca, mi
pétalo;
tus ojos, flor
de almendro;
tu pelo, rayos
de luna.
Me trae tu voz
soñada,
en mil olas
plateadas.
Me acerca los
anocheceres añiles
de profundos horizontes.
Sólo entonces,
cuando el
invierno es nata,
y la pena un
velo de luz opaca,
evoca la
memoria tu sonrisa clara,
tan tuya,
tú,
mi primavera,
mi luz.
Del poemario: Libro de las Sensaciones