ENFADOS

Me resguardaré,

en la guarida,

del viento impetuoso

que trae la nieve aguerrida,

que empañan tus ojos acuosos.

Temeroso,

me ocultaré,

de la tormenta,

de las palabras como truenos,

de los sentimientos como rayos

que destruyen los lazos de mis besos.

Dolorido,

lloraré,

a la intemperie con la lluvia,

al raso con los vientos;

haré un ángel con los brazos

en la nieve caída

con la esperanza que un día perdones

la ofensa que -sin yo pretender-, te carcome.

                                                          Diciembre 2013

ENTRE SUSURROS

Entre susurros

levantaré un castillo, jirón de versos,

para que desde la distancia

puedas verlo y enamorarte de él.

Con mi aliento

construiré un jardín de silencios,

para que la charla insidiosa

no moleste tu reposo,

y sólo escuches

lo que plazca a tus oídos.

A ser posible, luna de la mañana,

escucha,

las palabras que arrastre el viento

desde mi garganta;

sea ésta en tu ser

melodía de colores,

cálidos,

que alimenten tu alma

como tus ojos,

endulzan mi voz.

                                        noviembre de 2013

Siguiendo con los poemas que escribí cuando tenía catorce años, éste me ha gustado un poco al leerlo por eso lo pongo, no por otra cosa.

PENSÉ EN TI

Por la playa yo andaba

cuando desierta estaba,

con la llegada del día

mi alma entera aguardaba,

y cuando por ella caminaba

mis pies en ella hundía.

Pensé en ti

y no te vi.

Allá en el horizonte

cielo y mar se confundían,

y las barquillas –de los pescadores–

ya recogían las redes,

en aquellas primeras horas

la gente acudía.

Pensé en ti

y no te vi.

Lloraba a mi lado un niño

y otro corría,

y veía en los bañistas

las caras de alegría,

los barcos navegaban

alrededor de la pequeña isla.

Pensé en ti

y no te vi.

Los jóvenes corrían

y las pelotas volaban,

cerca de sus pequeñas

y brillantes cabezas.

Pensé en ti

y no te vi.

Y mi pensamiento, te dijo:

“Mi niña, porque no estás aquí”

Agosto de 1973

Con catorce años me dio por escribir poemas. Ni tenía formación suficiente, ni estaba preparado, ni nada de nada, pero las emociones y los sentimientos no tienen edad y yo necesitaba escribir aquellas cosas en un papel para sentirme poeta. Pido disculpas de antemano, pero me gustaría que estuvieran en este blog de poesía. Al fin y al cabo, es mi pasado y por lo tanto parte de mi vida.

REFLEJOS

He mirado al cielo

desde mi ventana

y unas nubes pasaban

mirando las cañadas.

Comenzaba a lloviznar

unas gotas blanquecinas

y en el aire erraba

el frío de la mañana.

Entre aquellas montañas

mi alma se eleva alta

para ver la águilas

corretear bien despiertas.

Y como si un trueno

quemara mi alma,

mi mente algo buscaba

que no era mente, ni alma.

Baje un momento los ojos

para ver lo que pasaba

y allá en lo hondo vi

las carretas que lloraban.

Noviembre de 1973

ES LA HORA

Es la hora, en que siento más tu ausencia.

Es la hora, en que anidan las alondras

y los árboles se llenan de sus trinos,

elevándose hasta el aire sus canciones.

Es la hora, en que el día ya se duerme

mecido en los brazos de la luna.

Es la hora, en que todos buscan algo

más mi ruego está en la brisa de los cielos.

Es la hora.

Anochece triste en mí la primavera

y las flores han dejado de perfumar.

Es la hora, en que las olas de la mar

mecen suave el casco de la ausencia,

y yo, añoro tu presencia.

                         Mayo del 1985

PODRÍA

Podría describirlo:

un hueco, sea oscuro,

un ósculo muy puro,

un río sin caudal,

la estrella más austral,

un reflejo sin espejo,

la cueva donde me quejo,

la mirada de los muertos,

esos que se dan por ciertos.

En los sueños es todo un universo

de puntos sin formas, puros, bruñidos,

miles de vestigios hoy perdidos,

cientos de promesas rotas, ya sin verso,

ninguna verdad que no sea desasosiego

esto es lo que guarda temeroso mi pecho,

hasta la niebla lo encubre por simple despecho,

vacuo seduce al alma temprana en su juego.

Podría describirte:

este traidor destierro,

sabedor de que el becerro

que coloco en tus manos

no mostró sus arcanos.

                                        Poemario: "Espuma y viento" de Juan E. Liébana Cazalla

                                        Poema: Podría

CANELA Y LIMÓN

Mariposa siempre feliz

ela aquí, la conocí.

Aguijón de punta roma, su mal

larga sonrisa, su paz.

Lugar de encuentro, su hogar

que no se diga, eres locuaz.

Tu nombre me evoca

un mar de dunas,

de flamas onduladas

las hermosas crestas.

Tu nombre me recuerda

un mar de nubes espumosas

de azul y verde, aguamarinas

de frío y oscuro manantial

en la profundidad.

Eres como un surtidor

que amiela y enmiela

de las palabras su sequedad,

que enciela con tu sonrisa

de los hechos su brusquedad.

O quizá, no seas surtidor

y sólo seas, esa Ela

y así, acaso, seas una espuela

o una estela franela de telenovela,

o por armonía y simpleza,

damisela ciruela de la pasarela,

o por cautela,

centinela de la ciudadela de la parentela,

loca manivela, fiel polichinela,

candela, azuela y algo vela,

siempre bela con su triquiñuela.

Un sinfín de colores

afilan tu acuarela.

Para mi eres olor a canela,

sabor a limón, tierna bizcotela,

pero ante todo eres, Ela,

una sonora castañuela.

                                        Poemario: "Espuma y viento" de Juan E. Liébana Cazalla

                                        Poema: Canela y limón

ESTA ESPINA...

Esta espina vibra en mi carne vil,

se cimbra y jacta de su poderío,

me asesta déspota el escalofrío,

luego enfila descortés su carril

como si en mano portara un buril,

navaja de espuela, pétalo frío,

que pena para ser todo albedrío,

rajarme a oscuras lejos del cielo añil.

No quemes más mi carne de rocío.
No te regocijes en mi extravío.

No me apuñales por mi desvarío.

Soy carne y hueso, un hombre de apenas credo,

jugando sin quererlo en este ruedo

que es el triste mundo, dardo de miedo.

                                        Poemario: "Espuma y viento" de Juan E. Liébana Cazalla

                                        Poema: Esta espina (soneto)

RENUNCIO

Renuncio a presentir en tus palabras

algo como cierto.

Renuncio a presentir en tus silencios

mi fatuo silencio.

Renuncio a presentir en tus requiebros

nada que sea honesto.

Renuncio a presentir en tu risa

la vida en alegría.

Renuncio a presentir en tu mirada

la luz soñada.

Renuncio a presentir en tus emociones

tu voz, queja inmisericorde.

Renuncio.

Renuncio.

Renuncio.

Yaga el presentimiento en un nicho hermético.

Sea la palabra como un mar encrespado.

Sea el silencio, umbría ciénaga.

Taponen tus requiebros con cera.

Quiebren tu risa con sal.

Sellen tu mirada con cal.

Y tu engaño, turbia emoción,

yerre en un sol de atardecer

tempestuoso, vacuo, cruel.

                                        Poemario: "Espuma y viento" de Juan E. Liébana Cazalla

                                        Poema: Renuncio

IDEA OBSESIVA

Siempre,
comienza fragmentándose el cristal,

luego,

se rompe

en mil sombras,

y cada sombra es un reflejo,

y cada reflejo, una palabra,

y cada palabra, una obsesión.

Ahora,

roto está el cristal,

rota la luz que emanó;

sus reflejos son penumbras en llamas

que me retrotraen al pasado,

pero

yo no quiero el pasado,

no más,

ansío el futuro,

donde las sombras no serán reflejos,

donde los reflejos no serán palabras,

donde la obsesión desaparecerá.

Allí,

silencios sean

los marchitos espejos del futuro,

inacabables fantasías se me antojen

las gigantes miradas,

donde dejen de fragmentarse los cristales,

donde dejen de mirarme las sombras,

¡sí!, las sombras que guardan su reflejo

y mi obsesión.

                                        Poemario: "Espuma y viento" de Juan E. Liébana Cazalla

                                        Poema: Idea obsesiva

APARTADLA

Te ocultas,

pero siempre me estallas,

recurrente;

entonces todo es fiereza,

la discordia mana de los poros del mundo,

tiemblo dormido,

despierto lloro,

y en la duermevela no soy yo,

soy un algo, acaso un suspiro

por más un turbio silencio.

….  ………….  ….

Apartadla,

no la dejéis llegar,

que no me alcance,

sea desconocido por siempre,

nada ni nadie me ate más.

¡Fuera las manos!,

lejos los besos regalados,

la sangre no me queme el pensamiento,

los lazos se rompan contra el viento,

y que jamás me alcance.

Alejadla,

no la dejéis llegar,

que no me encuentre,

que no me maltrate,

y el silencio, al fin, me amanse

o por más, simplemente, me alcance.

                                        Poemario: "Libro de Sal" de Juan E. Liébana Cazalla

                                        Poema: Apartadla

OTRO MONO

   Este hombre es un sapo insípido

   que aúlla por los tejados hambreando,

   maullando desterrado de su hogar;

   otras veces, estúpido ronronea,

   a matas, de las esquinas viejas

   como gato descerebrado,

   o como perra desnutrida,

   apaleada y escupida.

Este hombre no es más

que una panza con rostro,

adornado de escasa insustancialidad,

hasta torpe, desmañado e insulso

y, como no, de poca estrategia,

ya digo, nada en la cabeza.

Este hombre es como un grano

en el culo,

adormecido y encallado,

que alguien olvido en un doblez,

en una mala arruga de la vida.

Negro de espuma y de confeti negro,

acaso muerto en vida sin saberlo.

No crean que le guardo lastima, no,

porque vaga por las estancias abiertas,

mirando las miradas de aquellos otros

que no son como él.

Este hombre es un cuco taimado

de esquinas y laderas huidizas

de espacios huecos y, acaso, muertos,

de curvas y troneras, siempre alerta,

con la mirada aviesa

de quien a todo le interesa.

                                        Poemario: "Libro de Sal" de Juan E. Liébana Cazalla

                                        Poema: Otro mono

OSCURIDAD

Cuando la oscuridad me obsequia,

con su manto de tristeza,

me pierdo en ella.

Entonces dejo de ser el que soy

o no, quizá siga siendo yo

u otro, y a la vez el mismo.

Me es tan difícil distinguirme.

Mi sombra es tan oscura,

se vuelve siniestra, casi profunda,

es como si la oscuridad centellease

con estridentes tonos azulados

tan brunos, tan radiados, tan…

Cuando la oscuridad me oculta,

una segunda piel de tela sombría

me viste;

sedienta de mi cuerpo,

se amorfa e hilvana,

sugestiva;

se adhiere y cubre cada poro

como un pozo del desierto

ofusca al sediento.

Me absorbe, lame, penetra,

hasta la insana impudicia,

hasta la cruel impiedad.

Entonces,

cuando la oscuridad es mi sayo,

sólo entonces,

me siento solo y abandonado.

                                        Poemario: "Espuma y viento" de Juan E. Liébana Cazalla

                                        Poema: Oscuridad

AQUEL

Aquel que se desfigura con la niebla

sueña con mirarte un día,

un día en que sea como fiesta.

Es un hombre enteco,

de rostro austero,

pobre de dineros,

rico en silencios.

Aquel que devora niebla,

sueña con tu vestido grana

y tus hechizos de seda.

Es un hombre gris

de pelo ralo y entrecano,

mirada siempre vuelta,

y por ánimo, la fiel tristeza.

Aquel que tarde espera,

paciente entre la bruma espesa,

sueña por soñarte algún día a su vera.

                                        Poemario: "Espuma y viento" de Juan E. Liébana Cazalla

                                        Poema: Aquel