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Gracias y perdón por mi error.

miércoles, 29 de febrero de 2012

EN LA NOCHE OSCURA


En la noche,
cuando la pléyade de estrellas
inunda el cielo nocturno del alma,
puedo escribir tu nombre
con los luceros esquivos
que pretenden escaparse per se.

En la noche,
puedo soñarte
y hasta olvidarme
del violento miedo de la soledad,
apenas unos momentos,
en la noche oscura,
repleta de esfinges de estrellas;
y hasta puedo llamarte
en los jardines babilónicos,
y, si quiero, en las estrella flotantes
que acompañan a tu mirada perdida,
esa miríada de ejemplares diminutos,
brillantes y olvidados.


En la noche,
puedo reír
con la risa de antaño,
esa risa completa de risas eternas,
y saber en la noche estrellada
que sigues siendo, en algo, mía.


Poema seleccionado en la II Antología de poesía 'siempre poesia'


                            Del poemario: "Libro de Sal" de Juan E. Liébana Cazalla

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jueves, 23 de febrero de 2012

ESTOS MIEDOS...


Yo no me asusto de ti;
ni de las astutas mujeres
que me lastiman adrede.

Yo no me espanto de ellos;
ni de los engreídos hombres
que estúpidos me agreden.

Yo no me aterro de aquellos;
ni de los inquietos muertos
que en tinieblas me transgreden.


Yo no me escondo de estos;
ni de los infaustos fantasmas
que pueblan mis cansados sueños.

Yo solo me temo a mí;
mucho más y sin dudarlo
que a todos esos extraños.


                                           

                                            Poemario: "Libro de Sal" de Juan E. Liébana Cazalla
                                            Poema: Estos miedos...


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viernes, 17 de febrero de 2012

MÁS ALLÁ DEL ESPEJO

Llueve y acaso es noviembre.
Es como si con las primeras lluvias
la torpe gota me alcanzara el rostro
y le tocara el halo de nostalgia,
afín, serena al cerco de la luna.

Entonces cuando miro a la llanura
es imposible verme en lo que quiero,
menos aún sentir lo que prefiero,
todo es devastación en su premura
en noviembre, sin hojas, cuando llueve
y un halo de nostalgia ha impregnado
el cerco de hermosura de la luna.


Monocorde esta realidad banal
donde levanto mis manos hastiadas
de gritos, estridencias y lamentos
con la cíclope rabia lastimada
y contenida de vanos momentos,
sabiendo que nada hay tras el cristal:
un soliloquio, un reflejo vacío
en el equívoco espejo de luna
que demoro noviembre cuando llueve
y el halo de nostalgia dejo impreso
la hermosura de la luna en su cerco.

                                           
                                            Poemario: "Libro de Sal" de Juan E. Liébana Cazalla
                                            Poema: Más allá del espejo



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lunes, 13 de febrero de 2012

LOS SILENCIOS          
                                                

Me dan miedo los silencios
que se ocultan entre las palabras,
ese pozo negro sin sombra, sin luz, sin nombre.

Y tú, ¿me enseñas a ver el miedo entre las palabras?
Y yo, pero eso sólo es torpeza.

El miedo no se aprende, no se enseña.
Se capta por imitación de lo absurdo.
Se vislumbra en la penumbra de los rincones donde yacen los silencios.

Aquí, nada es nada,
salvo la soledad de los espacios, allí
donde duerme la oscuridad de las palabras.


Y entre líneas,
velado el misterio, aquejado el suspense
está el grito dormido para estallar en el momento impreciso y más voluble.

La lluvia empapa los gritos.
¿Y de la luna?, nada.

Hasta la luna se extravió para no verlo,
para no ser testigo de la oscuridad entre las palabras
que siempre, por desgracia, me alcanzan.




                            Poemario: "Libro de Sal" de Juan E. Liébana Cazalla
                            Poema: Los Silencios


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viernes, 10 de febrero de 2012

DEMENCIA


Yo ya he muerto,
mil veces mil,
con la luna de abril.

Si la peste negra emborronó los momentos.
Si la negrura me alcanzó con su frío dedo.
Si los tentáculos ávidos se deslizaron por los pensamientos.
Si el aliento fétido desmembró la red entretejida del recuerdo.
Si la marea sangrienta vació mi voluntad.
Apiadaros de mí, cobardes, o apartad.

Yo soy el enfermo.
Rosas de amor entrego.

Si mis ojos se velaron para reconoceros.
Si mi voz se quebró en el silencio.
Si mis oídos se taponaron para atenderos.
Si mi olfato olvidó su beneficio.
Si mis manos perdieron su tacto de amistad.
Apiadaros de mí, cobardes, o apartad.

Yo soy el apestado.
Rosas amargas doy.

Si la distracción ciega mis sentidos.
Si el verbo escapó de mi control.
Si me perdí entre callejones perdidos.
Si el ruin delirio hace de farol.
Si el desvarío me enajena con gravedad.
Si la alucinación me quema sin piedad.
Apiadaros de mí, cobardes, o apartad.

Yo soy vuestro dolor,
yo, vuestro castigo.
Rosas de espinas ofrezco.

Si soy una peste entre paños de bebé.
Si me obsesiono con esta loca fiebre.
Si mi ahora se desvanece para siempre.
Si mi disparate es una sonrisa amarga.
Si mis habilidades se truecan en lacra.
Si el significado de las cosas me falta.
Apiadaros de mí, cobardes, o apartad.



Si vivo con el fantasma de los muertos.
Si vivo desnudando cada día tu nombre.
Si vivo acechando el horizonte sin verlo.
Si vivo sin la esperanza de un quijote.
Si vivo hiriendo a los que quiero.
Si vivo envuelto en la baba y el sudor.
Si en la vigilia a todos os desvelo.
Si me desnudo sin vergüenza ni pudor.
Si el descontrol me atenaza.
Si el miedo, al fin, me ablanda.
Apiadaros de mí, cobardes, o apartad.

Yo, la desdicha en vida.
Rosas rojas.


No me dejéis vivir,
porque yo ya he muerto,
mil veces mil,
con la luna de abril.


                                                           Poemario: "Libro de Sal" de Juan E. Liébana Cazalla
                                                           Poema: Demencia




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miércoles, 8 de febrero de 2012

SOLEDAD


Soledad es un lugar.
Soledad es un algo insustancial,
un vacío de rostros seducidos, equívocos,
de estirpe milenaria, de fiebre alta
que a fuerza de insinuarse se hizo necesaria.

Soledad es una bruma impuesta de inquietudes.
Soledad es un mar embravecido de desdichas,
de reflejos forzados por espejos infinitos.
Soledad es un cenagal de egos malheridos,
de llantos saturados, de lástimas perennes,
de intolerancias que dan por estrecharte.

Soledad es un fragor continuo en mi refugio.
Una lucha enamorada henchida de tibieza.
Una herida abierta en el agua inmortal.
Un murmullo de silencios acotados.
Necesaria. Un estar por estar acogido
a la sombra del mundo.

Soledad es el abrazo ahogado de la hiedra.
El llanto estridente del durmiente en el refugio.
La picadura venial donde se aferra la vergüenza.
La penumbra indeleble donde se imprime la timidez.
La cueva abrigada donde yace el cobarde.

Soledad, testigo del tiempo.
Soledad, la diosa perpetua, nombrada por la voz.
Soledad, prostituta convicta, estafadora posesa de lo ajeno.
Soledad, compañera ocasional de los deseos, eterna,
elegida, alguna vez, por todos.

                                             …  …  …


Soledad es un nombre.
Soledad es un nombre dibujado en el cielo
con lápices de colores,
con colores de vapor.

Soledad es nombre de oquedades.
Del rumor del agua sobre la arena,
del crujir de las olas en la piedra tenaz,
del restallar de la mar en la llaga de la grieta.
Soledad es nombre esculpido en lienzo
tallado por la mano del viento.
Soledad es nombre femenino.

Soledad es nombre de niña de papel,
de muñeca de trapo forrada de harapos,
de rostro infantil, de mirada inocente,
de sonrisa pecosa, de alma blanca,
de juegos de antaño vistiendo la calle,
de trenzas, al fin, sin más pecado que nacer.


Soledad es nombre de mujer atada,
de te quiero de la mañana a la tarde,
de te amo de la madrugada al alba,
de halago tierno, escurridizo, al anochecer.
Soledad es nombre de mujer sacrificada,
sin término,
en los altares del hogar.
Madre desamparada, madre esperanzada,
y señora, y amada, y reina casta de la lujuria.

Soledad es nombre de ébano.
Su planta es de seda tenue,
transparente,
casi infinita.
Sensuales líneas recorren su piel de corteza,
incitando al desafío perdido de antemano.
Sus copas abundantes de leche y miel
manan el maná de los amantes.
Sus ramas, alhajadas, son anillos de abrazos.
Sus hojas, sublimes, el tacto cálido de un beso.
Soledad, amante, es nombre de ébano.

Soledad es un lugar.
Soledad es un nombre de mujer.

                                                             Poemario: "Libro de Sal" de Juan E. Liébana Cazalla
                                                             Poema: Soledad

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