CANCIÓN CÍCLICA
Entonces
un niño
yo fui,
y era muy
pequeño;
sentía
el mundo
como un gran
payaso
sonriente;
tras cada
esquina
vivía
un bello
arco iris;
y tras la
ventana,
el viento,
un león
rugiente.
un bobo juego
era una dulce
provocación;
cada aventura
era un misterio
que investigar;
miraba el cielo
y, sí, todo era
desmesurado
y siempre inmenso;
todo era nuevo,
todo era extraño.
Y un día me pregunté:
¿por qué?, y no hubo repuesta.
Luego sin más crecí,
el mundo se adaptó,
tuve granos y pecas;
salté como un poseso
con la música hortera;
evidencié el perfume
que custodia una trenza;
descubrí la poesía
que vela y calla un beso.
Y un día me pregunté:
¿por qué?, y no hubo repuesta.
sin saber, cosas de adulto hice,
aunque siempre creí saber:
encontré guapa compañera
o ella se tropezó conmigo;
compré un destartalado coche
o la necesidad me engaño;
habité un piso y me endeudé,
y hasta quedé harto de vecinos;
lave mis cansadas heridas
con el lento fluir del tiempo.
Y un día me pregunté:
¿por qué?, y no hubo repuesta.
Entonces, sin saber, me hice mayor,
tuve preocupaciones de mayores:
me inquietó la infiel bolsa tenebrosa;
me alarmó el paro, y su queja luctuosa,
y escurrirse el hambre en los hogares;
me aterrorizó el llanto de las guerras,
el lamento añejo del despojado;
me afligí observando el cielo sin nubes,
y la tierra yerma y desnuda al sol;
me angustió el negro porvenir del hijo,
y la hacienda, heredad de devoción.
Y un día me pregunté:
¿por qué?, y no hubo repuesta.
Y entonces, porque así lo imaginé, me hice viejo,
soñaré que el buen soñar será un sueño factible,
que la vida se parece mucho a un triste enredo,
que nada hay nuevo bajo los colosales cielos;
depondré el miedo, ¿qué es el miedo frente a la muerte?;
me sentaré en mi silla a esperar al leal amigo,
y en mi mente, imaginaré un pasado distinto,
y entonces me reiré, y ese día me preguntaré:
¿por qué?, y me sentiré, nuevamente, muy pequeño.
Poemario: "Espuma y viento" de Juan E. Liébana Cazalla
Poema: Canción ciclica