La tarde se recrea
bajo un levante humilde,
apenas somnoliento.
El césped verdea
con su encanto veraniego,
con su aroma de madreselva.
en el banco solitario
donde nuestros nombres guardan
un corazón dormido,
suave, antaño callado,
puro, de efervescente adolescencia
que me trae tu recuerdo
y tu efímera presencia
al olvido de mis ojos cansados.
04-08-2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario