Cómo saldré de este desfiladero de atroces enormidades.
Dos negras lunas cercan mi reflejo
como dos líneas rectas,
sendero de tristeza,
valle de nostalgias y recuerdos.
Aquí solo, me dejaron tus labios
sin más alimento que el aliento del dolor,
con la rabia de la oscuridad,
el ciego quebranto.
Dos negras lunas oscurecen mi llanto.
¡Me bastara con una!, mas tropecé
con tus ojos
y fueron insensatos.
Alocado destrozo es aceptar lo inhumano.
Dos veces me llevaste de la mano.
Dos lunas,
ahora,
yo solo, sin tus labios.
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